Cariño:
Un día
inesperado te acercaste a mi, despacito, lentamente, como agua del mar en
calma, cual viento que la mueve suavemente.
Como las
olas besan la arena de la playa, casi sin sentirte, pero poco a poco, tu amor
creció y me envestiste. Te dí cuenta de ti, y te descubrí. Como las olas de la
playa, me cubriste completa, me llenaste de ti, sintiendo tu sabor a sal en mi
cuerpo, mientras te besaba y te lamía por todas partes, y entonces comprendí
porque cierta diosa nació de la espuma de la playa.
Me hiciste
adicto a ti, a tu sabor, a tu humedad, y ahora quiero que me cubras todos los días
como la marea que no baja más. No quiero perderte,....no podría vivir sin tu
amor, y por eso yo soy tuyo para siempre. ¡Te amo!.....
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