Querida eres hermosa, eres casi perfecta; ya sé que no te lo crees eso de que eres tan maravillosa, que supones que los hombres siempre somos unos mentirosos de lengua acaramelada, pero me encanta que lo sientas y cuando yo digo que eres guapísima,…es que eres guapísima,…y cuando digo que te quiero,…es que te quiero. Sabes que tus piernas me gustan, que me encanta tu nariz, que me enloquece el color del paisaje de todo tu cuerpo, con esas dos montañas, ese agujerillo, y ese valle frondoso con surco. Gracias por lo que me haces sentir, y sé que ello a ti te encanta.
Pienso que eres genial y así me haces sentir; sé que a veces miras o piensas en otros que te tientan,….es algo muy normal: eres tan guapa y tan buena, pero estate segura de que yo soy el mejor para ti, además de que soy tu más fiel admirador. Si se me despiertan las ganas de acariciarte, abrazarte y besarte es lo mejor que me podría pasar, me siento tan protector tuyo con mis brazos que te envuelven porque si es que existe algún ángel de la guarda para ti, ese soy yo. Por eso pienso en ti a todas horas del día, en ese beso y abrazo que quiero darte cuando me reencuentro contigo.
Conmigo no sufrirás de frío porque soy un ser muy cálido y sólo basta que te apegues a mí para comprobar esos ardores que irradio. Me encanta abrazarte y protegerte del frío, porque eres mi más preciado tesoro. El amor que me despiertas por ti no tiene límites, y cada día te quiero más. Y todavía no me acabo de creer ese milagro de que te fijaras en mí, es como sí soñara. No sé cómo agradecerlo,…¿me lo dices tú, aunque tenga que ser simplemente con un beso?.
