Cariño, por favor, escucha bien lo que voy a decirte: si tan sólo tuviera el privilegio de pedirte una sola y única cosa en la vida, tan sólo te pediría que me regalases tu amor.
Regálame siempre el brillo sonriente de tus ojos,….ese precioso brillo alegre que proviene de la bondad de tu alma y que siempre acompaña a tus labios, y que es de esta dulce mirada tuya y esta fascinante sonrisa que supiste tener para conmigo la que me enamoró de ti.
Regálame tus hermosas palabras, de esta manera tan cariñosa que sólo tú sabes, que espontáneamente saben alegrarme el alma. De las bellas palabras que tenías para mí también me enamoré.
Regálame todos los días tus tiernas caricias, tus abrazos, y tus besos intensos y apasionados,….tan espontáneos como tu misma. ¿Sabes, cariño?, ellos son como bálsamo que me alivian de todo dolor, que me hacen sentir como una herida curada, que me hacen olvidar todas esas miserias humanas con las que me encuentro afuera y que son el pan amargo de cada día.
Regálame tu corazón abierto, tus oídos atentos y toda tu comprensión hacia mi ignorancia de bruto paleto pardillo. Sé que nunca podré superarte en toda esa majestad que sólo tú posees, pero que mi cariño hacia ti es tan intenso, que puedes estar segura de que sabré dártelo y corresponderte sobradamente con creces.
