Querida:
Abrázame, dame tu calor, dime cosas bonitas,
las que quieras, pero dímelas, que me gustan oírlas, amor. Hoy y cada día
necesito tus abrazos, mi ración diaria de tus besos, de tus caricias, de tu
sonrisa, de sentir con tus abrazos que me sigues queriendo como nunca.
Cuando me abrazas, me siento más fuerte, más
animado, más capacitado para afrontar la vida, porque siento que cuento con tu
cariño y con tu confianza, que es de donde saco las renovadas energías para
salir adelante. Me siento fuerte y me siento vivo por ti, y cualquier disgusto,
cualquier cosa desagradable, poco efecto me hace, cuando entonces pienso en ti
y el recuerdo de tu cariño me reconforta.
Abrázame, cariño. Abrázame con fuerza, que te
sienta, y no me sueltes un buen rato, que tan bien me siento entre tus brazos.
Mi alma te necesita, mi cuerpo también, abrázame completamente y quédate
conmigo. ¡Qué bien que se siento con tus abrazos!.
Por eso, también, por
las noches me agrada que te quedes dormida encima mío, abrazándome, y mira que
eres la única mujer en la que siempre sueño.
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