Hoy me doy por
vencido de lo que nunca pude cambiar, hoy dejo de lado la perseverancia
característica en mí de pequeño, pero ante todo dejo de lado la perseverancia
en ideas, ambiciones o sentimientos que son lo que son y ya no van a cambiar;
dejo a la vida que siga por sí misma su curso hacia delante con toda
tranquilidad, sin que yo tenga que hacer demasiado por condicionarla....
Hoy dejo de ser el buscador de cosas inexistentes, de gente que nunca estuvo ni estará, gente que siempre desaparece cuando menos te lo esperas, lugares que nunca volverán y es inútil ir allí, palabras que nunca se dirán por lo vano que resultan, sabores que no volverán porque ya se perdieron las ilusiones.
Hoy le digo si a quien soy y a la vida que tengo, a la gente que me busca, que me espera, que me escucha, que me quiere, que me aprecia, que me respeta, y que sabe entender cuando estoy mal.
Desde hoy seré feliz con quien me mire a los ojos, con quien quiera reír conmigo, con quien quiera llorar conmigo, pero sin silencios incómodos o injustificados desencuentros.
Hoy voy a mirar mi vida desde la ventana de los tesoros más valiosos, los amigos que están siempre que los necesito o que ellos me necesitan, la maravillosa familia que tengo, la gente buena y honesta que necesite mi ayuda y por sobre todo desde hoy estoy para mi mismo, para ser feliz, para disfrutar, para gritar, reír, bailar y seguir amando con todo mi ser a la mujer que amo. Hoy sólo estoy para la mujer de mi vida, para mi gente, y para mi mismo.
Hoy, gracias a tu
amor, he renacido de nuevo. Lo demás, vanidades e inutilidades, ya no me
importan.